Esta noche he soñado contigo: estabas en casa de unos amigos
que te cuidaban porque tuvimos que salir.
Cuando llegué a recogerte, alguien te tenía en brazos mientras te daba de comer.
Me fui hacia ti para abrazarte, pero tu apenas me miraste,
volviste tu cabecita y no me sonreiste.
“Que extraño, no me ha sonreido”, pensé y continúe buscando tu mirada.
Pero tu seguías sin mover tus labios. Entonces desperté.
Lo estaba pasando mal, y pensé en el miedo que me daría si un día no me sonríes…
porque tu siempre estás riendo. Siempre tienes una mirada pícara
y una caricia para los demás.
Y cuando ves de nuevo a alguien, siempre sonries con la boquita bien grande,
te alegras de vernos, e incluso llegas a emocionarte; desprendes alegría.
Sé que eres feliz, y eso nos hace felices también a nosotros…
1 comentario:
Precioso
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