lunes, 29 de noviembre de 2010

Por aquellos ojos brujos....


yo habría dado siempre más.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

LA COSA MÁS GRANDE

Esos días dejaste la costumbre a un lado de irte a dormir solita, y la cambiaste por jugar y brincar y balbucear en el salón, hasta que te cogía en brazos para intentar que te tranquilizaras y te echaras a dormir.

Tu piernecita rechoncha descansaba encima de la mia mientras te quedabas dormida entre mis brazos.

Tu manita rodeaba mi dedo con fuerza, como intentando aferrarte a la vigilia, hasta que te era imposible seguir succionando tu “pam”.

Esos ojillos se cerraron y dieron paso al sueño más profundo y a la carita más linda que he podido ver en mi vida.

Esa noche hiciste que experimentara las sensaciones más bonitas que pueda experimentar nadie. Y a la vez, hiciste que me asustara al pensar que una personita tan pequeña como la que tu eres, pueda hacer que cualquiera pierda su independencia. Que cualquiera pueda llegar a perder la razón por protegerte.

Eres tan pequeña, y tan frágil… Y a la vez haces cosas tan grandes….

UN VIAJE DE CUENTO

Que ocurrencias tienes, pequeño. Con tu lógica, la mayoría de las veces aplastante, me haces sonreir e imaginar un mundo maravilloso…tu mundo.

Estos días, en casa de los abuelos y cuando nos íbamos juntos a la cama, me pedias insistentemente que te contara un cuento, y al final, la mayoría de las veces, eras tú el que terminaba contándomelo a mi.

-Cuéntame un cuento, tía A.

-¿Te cuento el cuento de “Pan y pimiento”?

-Sí, ese…ese quiero oir.

Mi imaginación vuela cuando estoy contigo, y haces que me invente miles de historias divertidas, intentando siempre dejar alguna moraleja.

Podrías pasarte la noche entera escuchando cualquier historía, a pesar de que tus ojitos no sean capaces de mantenerse abiertos.

-Venga, duérmete ya, estás muy cansadito.

-No…quiero que me cuentes otro cuento.

-¿Otro? Pero si te los cuento todos hoy, ¿qué dejaremos para mañana?

-No sé…pero hoy quiero que me cuentes el cuento del “lobo bueno”.

-¿El “lobo bueno”? ¿Qué cuento es ese?

-¿No lo sabes, tía A? Es el cuento de un lobo que era tan bueno, que se comía toda la nieve de una vez y hacía que todo se convirtiera en verano…

Me dejas con la boca abierta. No dejas de sorprenderme con tus palabras.

Aquel día ponía fin a vuestra estancia junto a nosotros (por poco tiempo espero). Nos montamos en el “Rayo McQueen” azul marea, y nos dispusimos rumbo a nuestro destino. Cuando quedaba menos de la mitad del camino, empezaron los agobios…y las quejas…

-¿Cúando llegamos?

-Ya queda muy poquito.

-Jo…pero, ¿cuánto falta para llegar?

-Menos de una hora…

-Es que estoy agotado…¿seguro que menos de una hora, o menos de dos?

-Jeje…no, pequeño, menos de una hora, seguro. Venga, no desesperes, que ya estamos llegando.

-¿Pero seguro que no son dos horas?

-No…

-Pues yo creo que si hubieramos cogido un cohete ya estaríamos en el “aeropuelto”…seguro…

Ese día dijiste varias cosas que nos hicieron sonreir a media boca, y reir a boca llena. Estabas nervioso por el viaje, y se notaba.

¿Cuántos viajes nos quedan aún? Espero que muchos…me encanta tu nerviosismo.

La porrita dura

- Papi , se me ha puesto la porrita dura.

- Si hijo,eso pasa,se ponen las porritas duras
- Solas papi?
- Solas
- Papi, yo creo que son mágicas.....

Temporales

Llegar a casa nos ha costado hoy chiquitillos: muchísima nieve y quitanieves que se salían de la carretera y esperar a mami para traeros en brazos porque los coches no llegaban, pero llegamos. Vosotros sois lo poco que me hace sentir miedo en este mundo, por los temporales, los de fuera y los de dentro,por los vuestros -los míos ya los negocio yo- que sepaís que hacer con ellos y volver siempre a la confianza, a contar con vosotros mismos y conmigo,porque nos necesitais hasta que creeis vuestros propios recursos.
Nos comimos unas chuches en el coche, con una tormenta terrible fuera y llegó mamá y dejándoos con ella pude,sin poneros en riesgo, probar de nuevo el camino.